sábado, 25 de mayo de 2013

Imberbes



El  25 de mayo de 1973 éramos jóvenes, muy jóvenes, imberbes, adolescentes en crecimiento.  Eso no impidió que estuviéramos militando en la JP. Sí la JP, así se decía, y todos sabían que era la JP. La única, como Evita, no rompan más las bolas.
Estuvimos en esa plaza de mayo colmada como tribunas, creo que era la primera vez que íbamos allí a festejar, a recordar a nuestros padres. Multitudes nunca más vistas coreando: “se van, se van y nunca volverán”.
La presencia de Osvaldo Dorticos, presidente de Cuba y de Salvador Allende, de Chile hicieron tronar a las masas: “Chile, Cuba el pueblo te saluda”. Y nosotros nos sentíamos cerca de la revolución, como mas tarde cantaría Charlie Garcia.
Y nos sentíamos cerca porque  estábamos siendo protagonistas de la historia, y tomamos conciencia  de ser sujetos de esa cotidianidad, ya  no serian nunca más los próceres,  solo ellos los actores  del cambio.  Como habíamos aprendido recientemente con la revolución cubana, el Che en Bolivia, Vietnam, Argelia, el Cordobazo, aramburu, el luche y vuelve, los héroes de trelew,  el regreso de Peron, y Gaspar Campos y el general y su gorrita y la bandera paraguaya y la juventud maravillosa, la casa rosada  cambió de dirección está en vicente lopez por orden de perón, duérmase general, la JP lo va a cuidar.
Eramos imberbes y jóvenes pero ya hojeábamos a Fanon y su Los condenados de la tierra, a Guevara y su Diario, a Jauretche y El medio pelo en la sociedad argentina, a Sabato en Sobre héroes y tumbas y a Garcia Marquez en Cien años de soledad, junto a Cortazar, Quiroga.
Ese día en la plaza nos sentíamos verdaderamente cerca de la revolución, las multitudes se desparramaban desde el congreso a la plaza de mayo, los milicos yéndose con la cabeza gacha, la JP con sus brazaletes negros y rojos y sus estandartes haciéndose cargo de la seguridad de la plaza, ya sin policías. Y el“turco” Abu Arab de la “agrupación Evita”, llevando del brazo, amigablemente, a un policía federal, que iba con su gorra en la mano. La JP haciéndose cargo de la seguridad del acto, me parece un símbolo importante de esa plaza, de ese gobierno, de ese momento histórico.
Por esas cosas de la historia, de la vida, de la militancia, el 25 de Mayo de 2003 lo encontré al turco  Abu Arab en la Plaza de Mayo, el día en que asumió Nestor Kirchner, después  de su monumental discurso en el congreso, nos abrazamos con alegría y el me dijo: .-La pucha!! Era verdad, eso había ocurrido, yo ya estaba creyendo que era un sueño.




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