La última semana aparecieron documentos clasificados de la dictadura genocida en el triste edificio “Condor”. Un grupo de trabajadores que se encontraba limpiando y desinfectando el edificio se encontró con un área con candado que nadie tenía la llave, (¿?) hubo que romper el candado y se encontraron cajas fuertes que se abrieron a la fuerza.
En esta semana también Carlos Muñoz prisionero de la ex esma y sobreviviente recordó cuando volvió en 1984 al centro clandestino a realizar un reconocimiento ocular con la CONADEP y vio gran cantidad de biblioratos en estanterías metálicas, con inscripciones como “1976, 1977, 1979 Disposiciones Dirección Reservadas”, decenas de cajas de carton con material y cientos de carpetas más, está allí las fotos para testimoniarlo. ¿Donde están hoy esos biblioratos esas carpetas? Todos los funcionarios desde 1983 en adelante son responsables de esa documentación. ¿Hay aluna causa por ocultamiento de pruebas?
Más allá del valor de lo recuperado, me preocupa el nulo valor que le fuimos dando como sociedad a esos archivos y otros que seguramente están en algún lugar. Dijo una funcionaria en un programa de radio. “Si en otras fuerzas hay documentación en algún lugar y hay alguien que lo sabe, ojalá tenga la misma actitud. Nosotros hacemos recorridas, vamos a distintas unidades, pero es inabarcable”.
La expresión de la funcionaria me deja helado, estupefacto. Como puede ser que 30 años después que se fue la dictadura estemos esperando que algún milico o un represor arrepentido tenga buena voluntad para abrir un candado, como puede ser que en el sótano del edificio cóndor todavía, TODAVÍA, haya lugares que no se revisaron. Como puede ser que todavía no se revisaron todos los centros clandestinos de detención, como puede ser que nos se revisaron palmo a palmo las casas de los delincuentes asesinos represores.
Me parece que tienen que convocar a todos los compañeros, ciudadanos, militantes, gente de buena voluntad que estén dispuestos a trabajar gratis si es necesario para que no quede ningún armario sin revisar. Hay muchos especialistas, entre ellos algunos sobrevivientes de los centros de exterminio y de tortura que tienen los conocimientos, la experiencia, la certeza de que existen archivos de distinto tipo y en que sitio pueden estar y además para orientar o capacitar a los que estén dispuestos. Hay miles de compañeros, ciudadanos, dispuestos a conocer la verdad y revisar todos los rincones, todos los armarios, todos los sótanos de cada organismo, de cada centro clandestino. Solo así habrá justicia.